Psicología en las RRSS: buscando validación

[Lox]

Estas escribiendo tu o la IA?

Coincido bastante.

[Astur]

Estas escribiendo tu o la IA?

Coincido bastante.

Si coincides, entonces fue la IA.

Lo cierto es que intento (no siempre lo consigo) guiar mi vida desde las bases del estoicismo, que es una filosofía práctica que enseña a vivir en virtud, aceptar con serenidad lo que no podemos controlar y enfocar nuestra energía en aquello que sí depende de nosotros: nuestros pensamientos, acciones y actitudes. Se basa en la autodisciplina, la razón y la resiliencia ante la adversidad, buscando la tranquilidad interior mediante el control de las emociones y el alineamiento con la naturaleza y la razón. Lo que muchas veces implica luchar contra uno mismo. Pero lo cierto es que termina siendo muy gratificante si dejas que estos principios guíen tu vida. Dan mucha paz.

[Asimov]

El problema no es la foto en sí ni el deseo de verse bien. Como dices, desde siempre las personas (no solo las mujeres) han buscado la belleza y la autoexpresión. Lo que se plantea es una pregunta más profunda: ¿Desde dónde nace esta necesidad de compartirlo con los demás? Si alguien publica una foto porque simplemente le gusta cómo se ve, sin esperar nada a cambio, no hay contradicción. Pero si la tranquilidad personal depende de la validación externa (likes, comentarios, aprobación), ahí es donde surge la cuestión filosófica.

Marco Aurelio decía: "La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos." Si nuestra autoestima es fuerte y no está condicionada por la reacción de otros, entonces la acción es neutra. Pero si nuestra paz fluctúa según la opinión ajena, estamos entregando nuestro bienestar a factores que no controlamos. Algo que, lamentablemente, es difícil de controlar.

Sobre qué es "provocativo" y qué es "simplemente estar guapa", eso es subjetivo y cambia según la cultura, el contexto y la intención. La cuestión es: ¿Estoy actuando con conciencia y autonomía o dejándome llevar por la aprobación ajena? La respuesta es personal y cada quien debe encontrar su propio equilibrio.

Pero es que el exhibicionismo en redes no es exclusivo de las mujeres, ni es sólo de índole sexual. Hoy día se exhibe todo: los viajes que hacemos, las actividades en las que participamos, el libro que leemos, la comida que comemos... Y todo ello con el fin de recibir likes y esa validación de la que hablas. Sí, el problema existe y es profundo, pero el error está en enfocarlo como un problema femenino o de carácter sexual (ya no digamos las insinuaciones de que las mujeres que lo hacen son guarras, putas o el apelativo machista que se prefiera).

[Marmots]

Tienes razón en que no hay una única motivación detrás de estas acciones y que no necesariamente son malas en sí mismas. La búsqueda de validación es una tendencia natural en los seres humanos, y lo respuesta natural no debería pretende reprimir nuestra naturaleza, sino entenderla y canalizarla de manera que no nos haga dependientes de factores externos para nuestra paz interior.

Epicteto decía que no debemos entregarle nuestro bienestar emocional a la opinión de los demás. Esto no significa que no podamos compartir, expresar o incluso recibir reconocimiento, sino que nuestra tranquilidad no debe depender de ello. Publicar una opinión o una foto no es el problema; el problema surge si nuestro equilibrio emocional se ve afectado por la respuesta (o la falta de ella).

En cuanto a la pareja, el estoicismo no dice que una relación deba limitar nuestra individualidad, sino que debe construirse sobre principios como el respeto, la confianza y la virtud. Cada persona debe reflexionar sobre sus intenciones y consecuencias. Si una acción genera conflicto en la relación, vale la pena preguntarse si por la acción en sí o por la inseguridad que despierta en la otra persona, o si estoy actuando en coherencia con mis valores o solo siguiendo un impulso.

Lo importante es la autenticidad y la serenidad. Si lo que hacemos lo hacemos con claridad, sin necesidad de validación externa y en armonía con nuestros principios, entonces estamos en el camino correcto.

Bueno, de los hombros para arriba todos somos crustáceos. El cerebro está encerrado en una cavidad oscura, y su única comunicación con el universo exterior la hace a través de los sentidos.

Por supuesto que necesitamos contrastar nuestras teorías y nuestros pensamientos con los de la gente que nos rodea, y quizás por esa verificación necesaria es bueno rodearse de gente honesta con pensamiento plural. Hay un refrán, bastante certero desde mi punto de vista que dice: "Quien más te quiere te hará llorar". Efectivamente. Nuestra perspectiva es muy pobre y arrastra un enorme sesgo, por eso y porque somos animales sociales, creo que es necesario, no para validar, sino para poner a prueba nuestros pensamientos y percepciones, compartirnos con los demás.

Luego hay grados como en todos. Habrá una comunicación sana y constructiva, y un comportamiento enfermizo.

Quizás, en líneas generales, deberíamos tomar menos en serio todo en general. Lo que nosotros pensamos de nosotros, y lo que los demás piensan de nosotros.

Y en la pareja, pues dentro de la comunicación honesta, creo que se puede expresar cualquier idea; porque como dice el refrán, los más cercanos deberían ser los más honestos, y además deberían ser los mas influyentes en ciertos ámbitos.

[Astur]

Pero es que el exhibicionismo en redes no es exclusivo de las mujeres, ni es sólo de índole sexual. Hoy día se exhibe todo: los viajes que hacemos, las actividades en las que participamos, el libro que leemos, la comida que comemos... Y todo ello con el fin de recibir likes y esa validación de la que hablas. Sí, el problema existe y es profundo, pero el error está en enfocarlo como un problema femenino o de carácter sexual (ya no digamos las insinuaciones de que las mujeres que lo hacen son guarras, putas o el apelativo machista que se prefiera).

El problema de la validación externa no es exclusivo de las mujeres ni de la exhibición del cuerpo. Aunque, es más frecuente. Es un fenómeno generalizado en RRSS, donde la gente expone prácticamente todo —sus logros, sus viajes, su comida, sus pensamientos, sus cuerpos— con la intención, consciente o inconsciente, de obtener reconocimiento. No se trata de juzgar qué se publica, sino por qué se hace y cómo nos afecta emocionalmente.
Epicteto nos diría que lo importante es distinguir lo que controlamos de lo que no. Si publicamos algo y la reacción del público (o la falta de ella) nos genera ansiedad, estamos atados a una cadena que no controlamos. Marco Aurelio nos recordaría que "la tranquilidad viene cuando dejamos de preocuparnos por lo que otros piensan de nosotros". Algo harto difícil, por cierto.