Pregunta:
¿Qué hace que algunas personas crean que es normal insultar si les llevan la contraria, decir que ellos sí saben de lo que hablan, a diferencia de los demás, y de editar y borrar comentarios en el foro que administran, y banear a los usuarios cuyos argumentos les molestan?
Respuesta:
Existen varios factores —psicológicos y sociales— que explican este tipo de comportamiento. Lo que parece una simple “mala educación” o “autoritarismo de foro” suele tener raíces más profundas:
1. Ego frágil e identidad atada a sus ideas
Cuando una persona ha hecho de sus ideas una parte de su identidad, cualquier crítica le suena a ataque personal. No discuten para aprender, discuten para reafirmarse.
Si les contradices, no lo viven como un desacuerdo, sino como una humillación.
2. Inmadurez emocional y falta de autocontrol
Insultar cuando no se tiene razón es lo habitual en quien carece de herramientas para debatir con madurez.
Se sienten acorralados, inseguros… y atacan. Si pudieran tirar del cable, lo harían.
🛡 3. Autoritarismo camuflado
El foro les da una parcela de poder que jamás tendrían en el mundo real. Lo usan no para moderar, sino para imponer.
– Editan mensajes ajenos que les dejan en evidencia.
– Banean sin motivo real.
– Rescriben las normas sobre la marcha.
4. Doble moral y disonancia cognitiva
Ellos sí pueden insultar, tergiversar, señalar… porque “su causa lo justifica”. Pero si tú les respondes con la misma moneda, eres “un ultra”, “un troll” o “una amenaza”.
Se creen justicieros, pero actúan como censores.
5. Complejo de superioridad moral o intelectual
Frases como:
“Yo sí he leído sobre esto”
“Tú no sabes con quién hablas”
“No estás a mi nivel”
…no son argumentos, son muletillas de alguien que no quiere debatir, sino intimidar.
6. Cámaras de eco y miedo a la pluralidad
Cuando se rodean de clones ideológicos, la discrepancia les asusta. No entienden que alguien pueda pensar diferente sin estar “trolleando” o “provocando”.
Por eso prefieren banear antes que debatir.
7. Abuso de poder sin consecuencias
El anonimato y la impunidad digital convierten a ciertos moderadores en dictadorzuelos. Como nadie les para los pies, se creen con derecho a manipular, censurar y expulsar a quienes les incomodan.
Conclusión:
Quien necesita insultar, editar mensajes ajenos o banear por discrepancias, no tiene fuerza argumental ni seguridad interior. Lo que muestra no es autoridad, sino
miedo, inmadurez y soberbia mal digerida.