¿Puede ser Bulgaria el nuevo país perfecto para Rienzi? Estos dos youtubers de origen africano, pero nacidos en R.U., acudieron allí para comprobar si este país era el más racista de Europa.
Resumen en 5 puntos del vídeo
1. Racismo explícito normalizado en la calle
El vídeo muestra a múltiples ciudadanos búlgaros expresando abiertamente actitudes racistas: rechazo a convivir con personas negras, uso del insulto racial como saludo cotidiano, comparaciones humillantes y la idea de mantener “la sangre blanca”. Muchos responden sin pudor que son racistas y que lo consideran algo heredado o “de familia”.
2. Xenofobia hacia inmigrantes y minorías
Además de las personas negras, se observa hostilidad hacia árabes, asiáticos, indios y otras minorías. Se repiten estereotipos (asociación automática con terrorismo, delincuencia o “peligro cultural”) y se justifica la expulsión o el rechazo de grupos enteros simplemente por su origen.
3. Testimonios de discriminación cotidiana
Varios entrevistados, tanto extranjeros como búlgaros jóvenes, relatan situaciones reales: insultos en el trabajo, negación de servicio en comercios, humillaciones en la calle y agresiones físicas. Algunos señalan que denunciar no sirve de nada porque “no va a pasar nada al agresor”.
4. Contraste generacional y contradicciones sociales
Aunque una parte de los jóvenes condena estas actitudes, reconocen que la generación de sus padres y abuelos mantiene prejuicios muy arraigados. El vídeo también muestra contradicciones: Bulgaria presume de tener iglesias, mezquitas y sinagogas juntas, pero al mismo tiempo muchos ciudadanos reconocen una fuerte aversión hacia extranjeros no europeos.
5. Un país diverso, pero con racismo muy arraigado
El reportaje concluye que Bulgaria combina hospitalidad, cultura rica y personas amables con un racismo estructural y cotidiano visible, directo y sin filtros. Incluso quienes defienden la integración admiten que el racismo está muy extendido y forma parte de un problema cultural profundo que el país no ha sabido resolver.