Rienzi escribió: Dom May 04, 2025 12:21 pm
Cuando se acude a las emociones es porque no se puede recurrir a los razonamientos. Allá donde están los sentimientos, la razón desaparece. Tiene mil veces más impacto en la manera de actuar de las personas, la imagen de un niño muerto en una playa, que todos los datos matemáticos y estadísticos juntos.
Es un signo de la modernidad y, por tanto, de las sociedades decadentes, el que las emociones se impongan a la razón. Por eso España está en estado terminal: la razón ha huido del país y este ha quedado sometido al imperio de las emociones.
Partidos políticos, medios de comunicación y ONG occidentales, al servicio del globalismo, nos bombardearon con las lamentables imágenes de Aylan Kurdi, yaciendo muerto en una playa turca, con el objetivo de apelar a la emocionalidad para que las masas aceptaran abrir las puertas a millones de sirios que huían de la guerra en su país. Obviamente, esas imágenes impactan a cualquier persona con un mínimo de sensibilidad y empatía. No obstante, yo nunca apoyé la acogida masiva de refugiados en Europa, porque era plenamente consciente de las verdaderas intenciones detrás de esa campaña y de lo que acabaría ocurriendo en las sociedades receptoras: progresiva islamización, creación de guetos, tensiones sociales, desadaptación de buena parte de esos refugiados (muchos de los cuales, además, no eran sirios, sino que se hacían pasar por tales), aumento de la criminalidad, terrorismo islamista, etc.
Sí, me daba mucha pena la situación. Sí, las élites occidentales apoyaron la guerra en Siria para derrocar a Bashar al-Ásad. Pero ¿acaso tengo yo que sufrir las consecuencias? Al final, quienes pagamos las decisiones de las élites políticas y financieras somos los ciudadanos de a pie. Y cualquier persona con sentido común, madurez emocional y algo de experiencia analizando procesos similares sabía que acoger a toda esa gente en Europa iba a terminar mal. Y así fue. Desde 2015, muchos países europeos han visto cómo aumentaba la criminalidad en sus calles, cómo se multiplicaban los atentados, las violaciones, las tensiones interétnicas y, por supuesto, el auge de partidos políticos contrarios a las políticas buenistas y multiculturalistas de puertas abiertas. De hecho, una parte importante del apoyo al Brexit se debió precisamente al rechazo de la mayoría de los británicos a acoger el cupo de refugiados sirios que la UE pretendía imponerles.