Marruecos se ha convertido en un rival declarado de los intereses nacionales: presiona con la migración, reclama Ceuta, Melilla y Canarias, y cuenta con el respaldo de EE. UU. y parte de la UE.
Mientras tanto, España ha roto puentes con Argelia —nuestro socio natural en energía y contrapeso a Rabat— al apoyar el plan de autonomía marroquí en el Sáhara, alejándose del marco de la ONU.
El debate es claro:
- ¿Debemos recomponer la alianza con Argelia y recuperar margen energético y estratégico?
- ¿Conviene volver a la neutralidad activa de la ONU en el Sáhara en lugar de validar planes unilaterales?
- ¿Cómo blindar Ceuta, Melilla y Canarias frente a la presión híbrida marroquí?
- ¿Qué papel debería jugar la UE y la OTAN en esta ecuación?
¿Qué opináis? ¿Ha llegado la hora de que España marque una línea roja real en el Magreb?
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Objetivo:
Asegurar Ceuta, Melilla y Canarias; recomponer la relación con Argelia; volver al marco ONU en el Sáhara; elevar el coste de la coerción híbrida marroquí.
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- Diplomacia: retorno a la neutralidad activa de la ONU en el Sáhara; reset con Argelia en energía/seguridad.
- Energía y economía: diversificar gas y proveedores, sustituir importaciones sensibles de Marruecos.
- Frontera y seguridad: refuerzo SIVE/FRONTEX y Guardia Civil marítima; sanciones legales al uso de la migración como arma.
- Comunicación: mensaje: “España vuelve al derecho internacional; no interfiere en vecinos; defenderá sus fronteras”.
- Arquitectura regional: eje Madrid–Argel (energía/defensa) y Madrid–Nuakchot (Atlántico).
- Defensa y disuasión: paquete de refuerzo en Ceuta, Melilla y Canarias con drones, radares y rotación naval.
- Instrumentos UE: cláusulas espejo en acuerdos comerciales; suspensión si Marruecos presiona con migración.
- Energía e industria: inversiones cruzadas con Argelia en hidrógeno verde y GNL.
- Proyección atlántica: corredor Canarias–Cabo Verde–Senegal en pesca, puertos y cables.
- Soft power: cooperación cultural y académica, sin agendas de injerencia.
- Oleada migratoria: refuerzo FRONTEX, retornos acelerados, sanciones UE.
- Boicot comercial: cláusulas UE + líneas ICO de apoyo.
- Incidentes marítimos/pesqueros: escolta, arbitraje internacional, presencia científica.
- Desinformación/ciber: CERT-EU y atribución pública.
- Hostigamiento diplomático: ofensiva jurídica/histórica, ejercicios OTAN cerca del Estrecho.
- Nada de financiar o promover movimientos separatistas en países vecinos.
- Transparencia: todo bajo ONU, UE y OTAN.
- Proporcionalidad: respuesta graduada y documentada.
- Oleadas anómalas de migrantes en puestos clave (Tarajal, Beni-Enzar, Arguineguín).
- Movimientos navales/aéreos marroquíes cerca de enclaves.
- Cambios exprés en aranceles, licencias y fosfatos.
- Narrativas coordinadas en prensa/redes.
- Mensajes de EE. UU./Francia presionando en favor de Rabat.
- “España regresa al consenso ONU en el Sáhara. No apoya planes unilaterales.”
- “Cooperación energética con Argelia y la UE para estabilidad y precios justos.”
- “No aceptaremos el uso instrumental de la migración.”
- “Ceuta, Melilla y Canarias son frontera exterior de la UE: cualquier ataque híbrido afecta a Europa.”
- Flujo energético restablecido y precios competitivos.
- Descenso de incidentes fronterizos.
- Diversificación: ninguna categoría >30% dependencia de Marruecos.
- Apoyos explícitos de socios UE/OTAN en episodios de coerción.
Este escenario no es una receta agresiva ni encubierta, sino una hoja de ruta realista dentro del derecho internacional para reforzar los intereses nacionales de España frente a Marruecos.
