

EL TRIBUNAL DE DERECHOS HUMANOS MÁS ALTO DE EUROPA APOYA LA ANULACIÓN DE LAS ELECCIONES RUMANAS: UNA FALLECIDA PARA PROTEGER AL PODER DEL ESTABLISHMENT
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) acaba de rechazar la apelación del candidato presidencial rumano Calin Georgescu, negándose a revocar la turbia anulación de las elecciones del año pasado. No hay una explicación real. No hay rendición de cuentas. Sólo un sello de aprobación para las élites.
Georgescu ganó la primera vuelta de la carrera presidencial de noviembre de 2024 contra todo pronóstico, tras ganar popularidad en TikTok con un apoyo masivo de la base. Pero pocos días antes de la segunda vuelta, el Tribunal Constitucional de Rumania canceló toda la elección, citando vagas afirmaciones de "interferencia rusa", sin pruebas claras.
Georgescu lo llamó por su nombre: un golpe de Estado disfrazado. Llevó el caso al tribunal de derechos humanos más importante de Europa con la esperanza de que se hiciera justicia. Pero, ¿en cambio? Lo desestimó por completo.
El tribunal con sede en Estrasburgo rechazó todos los argumentos presentados por Georgescu:
-El derecho a elecciones libres, ignorado
-El derecho a un juicio justo—negado
-Libertad de expresión, reunión y asociación—no se consideran
-El derecho a un recurso judicial efectivo—desestimado
El tribunal incluso desestimó su recurso de urgencia en enero, alegando que "no había riesgo inminente de daño irreparable". ¿Daño irreparable? ¡A los rumanos les robaron el derecho al voto!
No se trata de la influencia rusa, sino de controlar el discurso y evitar que candidatos externos desafíen el sistema. El gobierno rumano, respaldado por las élites de Bruselas, temía una elección impredecible y utilizó la “interferencia extranjera” como excusa para reiniciar la carrera.
Ahora han programado una nueva elección presidencial para mayo, con la esperanza de obtener un resultado más favorable al establishment.
Esta es la nueva estrategia: si gana un candidato ajeno al proceso, se cancela la votación. Si se defiende, los tribunales la clausurarán down.
Esta sentencia demuestra que ninguna elección es segura si a la clase dirigente no le gusta el resultado. Unas elecciones libres y justas no significan nada si los tribunales pueden anularlas cuando se les pida.