Astur escribió: Lun Feb 17, 2025 2:34 am
WSW ha abierto un melón que nadie se atrevía a abrir. Sobre todo, los políticos en activo. Y qué decir de los periodistas. En especial, los "progresistas" que viven de las ayudas del Estado.
El enfoque de Víctor será más o menos provocador, pero ha conseguido llamar la atención y que se hable de ello, que es lo que quería desde un primer momento. Y tiene razón. Pero el "argumento" para rebatir a Víctor, y al resto que apoyamos su postura, es que "nosotros hemos pagado las anteriores jubilaciones, y ahora os jodéis y nos pagáis las nuestras. Es lo que hay". Eso lo que hace es encabronarnos más, porque la pensión media supera el sueldo medio de un trabajador menos de 40 años. Es una puta broma de mal gusto. Una estafa piramidal legal, porque la lleva a cabo el Estado.
Por cierto, otro agujero de las pensiones: la factura de los funcionarios se dispara a 22.000 millones.
El gasto público destinado a pagar las pensiones del Régimen de Clases Pasivas, al que están adscritos los funcionarios que ingresaron en las Administraciones antes de 2011, está creciendo a un ritmo del 8%.
Es decir, muy por encima de lo que aumenta el de las pensiones del también sistema público de la Seguridad Social (cerca del 7%).
Según los datos de ejecución presupuestaria, el Estado ha tenido que habilitar el récord de 22.200 millones de euros para pagar este déficit en 2024, ya que este sistema de pensiones no se financia con las cotizaciones del empleador (administraciones), sino directamente con la caja de los impuestos que pagan los contribuyentes.
Las cuotas abonadas por el personal funcionario resultan insuficientes (sólo llegan a unos 600 millones).
España se ha convertido en un
interesante experimento sociohistórico porque tiene una clase trabajadora rota.
Por una parte los funcionarios y por otra los trabajadores privados.
Por una parte los trabajadores formales y por otra los informales (cerca de 1/5).
Por una parte los trabajadores de origen nacional y por otra los migrantes.
Por una parte los trabajadores mayores de 40 y por otra los menores de 40.
Por una parte los contratados indefinidamente (que suelen coincidir con los formales,
PERO NO SIEMPRE PORQUE EXISTEN LOS CONTRATOS TEMPORALES) y por otra los temporales.
La izquierda te dice que la pugna, la dialéctica de clases (tesis sociológica con la que concuerdo, al menos en su versión más estilizada, no en la grosería que te presentan personajes como Montero o Iglesias) se da entre «los trabajadores» y «los empresarios», y que los trabajadores tienen los mismos intereses de clase por lo cual un irregular debe coincidir con un trabajador temporal joven y ambos con un indefinido empleado en una universidad pública con todos los derechos vigentes.
Tócate los huevos.
A la hora de la verdad, para aumentar la formalidad habrá que flexibilizar el mercado laboral, y con ello habrá que suprimir «derechos», lo cual está en contra de los intereses de los contratados indefinidamente. Este es un ejemplo, pero como éste, hay muchos, por ejemplo los irregulares quieren trabajar donde sea con tal de obtener un ingreso, si con ello aceptan ser meseros (los hispanoamericanos) por 700 € las 12 horas diarias o recoger frutas en agosto a 41º en el campo andaluz por 150 € la semana, en mano y sin ningún tipo de derecho, en ambos casos vemos que el joven pierde su oportunidad de trabajar en un puesto digno, pero nada, habrá que aceptar que el joven Manuel de 28 años nacido en Albacete, de padres trabajadores, tiene los mismos intereses que Panchito centroamericano o Mohamed marroquí, claro.