Falstaff escribió: Jue Abr 10, 2025 9:45 pm
Hace ya unos cuantos años que Marruecos es socio prioritario para EE.UU en la zona. No se me ocurre qué podríamos hacer para que esto no fuera así.
¿Alguna idea?
¿Que qué hacer para que Marruecos deje de ser el socio prioritario de EE.UU. en la región?
La respuesta pasa por recuperar la soberanía política que este régimen del 78 le ha robado al pueblo español. Marruecos lleva años siendo la pieza útil de EE.UU. en el Magreb: actúa como gendarme regional, se alinea con Israel, y sirve de muro de contención migratorio para Europa. ¿Y España? España está reducida a una colonia política. Somos una base militar flotante con Rota y Morón, frontera subcontratada de Bruselas, y perrito faldero de Washington.
La raíz del problema está en que España no tiene una política exterior propia, porque no tiene soberanía ni representantes legítimos. Tiene partidos, que negocian con embajadas y obedecen a poderes externos. Mientras eso no cambie, Marruecos seguirá avanzando con total impunidad.
Pero claro que hay alternativas. España podría empezar por salir de la OTAN y adoptar una postura de neutralidad activa. No se trata de aislarse, sino de no estar sometidos a agendas que no nos benefician. En segundo lugar, habría que mirar hacia donde realmente tenemos potencial estratégico: Hispanoamérica y África Occidental. En vez de regalarle influencia a Rabat, España podría liderar una cooperación real con estos bloques, basada en respeto y beneficio mutuo.
Y lo más importante: recuperar el control de nuestra política energética y comercial. Porque mientras sigamos dependiendo del gas de Argelia o del uranio francés, no podemos negociar desde una posición de fuerza. Si España controla sus recursos, puede romper el chantaje constante de Marruecos.
Además, habría que jugar fuerte con el Sáhara Occidental. No por postureo humanitario, sino como jugada geopolítica. Reconocer a la RASD y apoyar su causa pondría un precio muy alto al expansionismo marroquí. Y eso obligaría a Rabat y a sus padrinos a pensárselo dos veces antes de seguir avanzando sobre Ceuta, Melilla o Canarias.
Pero nada de esto puede hacerse desde el Estado de partidos. Para que España actúe como una nación soberana necesita primero tener una
democracia formal, con separación de poderes, representación real y una Constitución legítima surgida de un proceso constituyente.
¿La alternativa? Seguir sometidos mientras Rabat avanza, Washington aplaude y los partidos se reparten el botín. ¿Hasta cuándo vamos a tragar con este papel de vasallos?